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O abidal trocado en serpe


   Un señor de Macenda muy rico que tenía un criado quiso viajar y le  mandó que arreglase todo que iban a ir los dos por el mundo. En ese  momento el señor se fue a la huerta, ató el dinero, que era mucho, con  un abidal diciendo al mismo tiempo:

Adibal eres, culebrón te has de volver
el que de aquí te ha sacar, tres besos te ha de dar.


   Pero el criado lo oyó y cuando llegó al barco que los iba a llevar,  al instante de salir ya a alta mar y cuando estaban todos a bordo dijo  que aguardaran un momento que se le olvidara una cosa primordial.
  El barco esperó, aunque en vista de que no volvía, levó ancla y se fue  con el señor sólo. El criado mientras tanto marchó al sitio del tesoro y  le salió un culebrón grandísimo. Temió un poco pero por fin le dio un  beso y el culebrón se retorció; le dio el segundo beso y el culebrón lo  aprisionó el cuerpo como si quisiese acabar con él; le dio el tercer  beso y el culebrón se convirtió en abidal.
  El joven entonces cogió el tesoro y cuando el señor volvió se encontró sin nada.

(Relato recollido por CUEVILLAS E BOUZA BREY: Prehistoria e Folklore da Barbariza. “N.s. n. 52. Ourense, 15-IV-1928.  P.x. 72). En este mismo documento se dice que para vencer a la culebra o  serpiente hay diversos trucos además de los tres besos:
• En  Asturias afirman que hay que guardar un bollo de pan durante un tiempo  determinado sin decir nada a nadie y darle de comer a la cobra.
• En  Guimaraes, Portugal hay dos fórmulas: la primera habla de darle de mamar  a una mujer y la segunda dice que hay que herirla hasta que manchen el  suelo con sangre salida de su cabeza.
Estos trucos están acompañados muchas veces de medallas o reliquias.
Existen versiones parecidas de esta historia en varios lugares: Castro de Samoedo en Sada, Canarias y Asturias.


Outras lendas do Curés


   Ramón Piñeiro de 80 años y vecino de Moimenta nos cuenta que  orientado al norte y cerca de la Pedra do Demo está la llamada Boca do  Castro. Respecto a ella le sucedió a Juan Francisco Beira, vecino de  Moimenta que yendo al servicio del rey un africano le preguntó de dónde  era él a lo que exclamó:
  -¡Quien me diera a mí poner los pies  en Boiro! En escuchando la respuesta. Tendría dinero para mí y para  muchos. Luego añadió que el sitio dónde se encontraba ese dinero era en  Boca do Castro.
   Esta leyenda sobre un cofre o una olla llenos de  oro viene referenciada en el “Libro de Cipriano” y en el de “Milagros de  Santiago”.

  En la llamada “Fonte dos cucos” de la misma  feligresía le salió a Pedro García Villaverde, hoy fallecido y a su  hermana una gallina de oro con sus polluelos. Esto fue contado por  Benigno García Villaverde, hermano del héroe y de unos 40 años de edad.  La leyenda dice que la aparición fuera de la ciudad de una gallina de  oro con sus polluelos es señal de buena suerte.


A lenda de Casamea


   En el mismo monte que las “mámoas” existen algunas rocas con  “esmonaduras” que ofrecen figuras caprichosas que por vegadas quieren  imitarse un poco a signos numerales.
  Según Xesús Calo Piñeiro del  lugar de la Igrexa (Eirexa), feligresía de Curés, de 23 años y Xosé  Brión, cecino de Noceda, de 64 años tales “esmoladuras” son clara  indicación de tesoros escondidos.
  “Los moros cuando huyeron dejaron los tesoros guardados con señales para encontrarlos cuando volviesen algún día”.
  Esto cuenta por lo menos un libro que tiene un herrero de Noia, libro que no se lo deja a nadie.
   Se dice en él que en Casamea hay un gato de oro y en la piedra  marcada con un cuatro hay un lobo también de oro cuya figura se ve por  fuera.
  Relato de Xesús de Calo mientras Xosé Brión dice que es el número 3.


Bibliografía

“Prehistoria e folklore da Barbanza” de Florentino L. Cuevillas y Fermín Bouza Brey
“Lendas galegas de tradición oral” de X.M. González Reboredo

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