HISTORIA
Esta villa fue fundada por el rey Sancho IV de Castilla allá por el siglo XIII, cuando este rey le da a la Puebla del Muro el privilegio real de un alfoz entre el río Sar, hoy Xallas y su desembocadura en la única cascada en Europa que vierte directamente sus aguas al mar, además del derecho a tener un día d mercado el domingoy en menos de 200 años, luego de su creación recibirá los permisos del rey Juan II para importar y exportar mercancías, algo que hará esencialmente con Flandes y con el Mediterráneo, citándolo como uno de los más grandes de Galicia. En 1298 deja de depender del rey y pasa a depender de la Mitra Compostela que dejará en su escudo dos conchas de vieira.
Pero ya antes había gente viviendo en este lugar como lo demuestran los restos de arte rupestre de la edad de bronce, los restos de la calzada romana frente a la isla de la Creba o el asentamiento suevo que convertiría siglos más tarde en lo dicho arriba de ser el puerto más importante de Galicia ya que cabían más de 50 barcos en el siglo XVII. Aunque la teoría que nos habla de que se tratase del Portum Artabrorum no es posible demostrarse.
Frente a su costa, más concretamente en su bocana, el 25 de julio de 1543, día de Santiago, el almirante Álvaro de Bazán el Viejo derrota a la armada francesa en al mando de la cual estaba Jean de Clamorgan, barón de Soane, junto al corsario Hallebarde, alias Alabarda en la batalla de Muros. Junto a él estaba su hijo, Alvaro de Bazán el Joven en su primera experiencia de guerra a bordo de “La Capitana”. Esta batalla se había producido al parecer tras los franceses haber atacado las villas de Laxe, Corcubión y Finisterre y haber desembarcado más de 4000 soldados franceses para, según dicen, arrasar Compostela.
Al igual que en otras ciudades como Santiago de Compostela en la que en la edad media dentro del atrio de la iglesia de Santa Susana, se reunía el concello para legislar las leyes que gobernaban a los compostelanos, en Muros hacían lo propio en la iglesia de San Pedro donde deliberaban además los integrantes del Gremio llamado Mar de Muros.
Está considerada como una de las villas medievales mejor conservadas de Galicia en donde predominan las construcciones religiosas sobre las civiles habida cuenta de la dependencia de la Mitra Compostela luego de depender de los distintos reyes hasta finales del siglo XIII y podas décadas después las autoridades eclesiásticas la comenzaron a amurallar. En 1520 la villa fue amurallada dividiéndola en dos zonas, “la cerca y el pincel” y en ese mismo año se construye la “Fortaleza del Monte Laurel”.
Más adelante en el tiempo, durante la Guerra de Independencia los franceses arrasarán la villa de Muros destruyendo alrededor de 185 casas y quemando el Archivo Municipal perdiéndose gran cantidad de documentación histórica.
Como en muchas otras villas de la zona desde comienzos del siglo XIX los empresarios catalanes de la salazón de pescado llegan a estas tierras convirtiendo la sardina de la zona de Muros como una de las de más prestigio en el puerto de Barcelona. Esto daría gran prosperidad a toda la zona ya que en algunas villas estas empresas sumaban hasta más de cuarenta.
De gran importancia fueron también los numerosos “astilleros de ribera” que bordeaban la costa y que todavía hoy en día se conservan suficientes restos como para saber de su importancia.
Fue visitada ya en el siglo XX por María Cristina de Habsburgo-Lorena, la madre del rey Alfonso XIII llegando a pasar en la villa unos días de asueto.
Fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en el año 1970.
Es Galicia tierra llamada de los mil ríos y por supuesto se le podría llamar de las infinitas leyendas buenas y malas que decoran su historia. Una de ellas es la de la Isla de la Creba que Vicente risco describe de esta manera:
“En la Creba había moros que tenían un templo de su falso dios. Los cristianos los mataron dejando sólo a la hija del jefe. Ésta invocó al demonio, quien levantó una tempestad, ahogó a los cristianos y separó la isla de la tierra. La mora se convirtió en una gran serpiente rodeada de fieras que hundían a los barcos. Los cristianos fueron donde un santo hombre que les aconsejó bendecir la isla y erguir la iglesuela de Nuestra Señora de A Creba.”